lunes, 31 de enero de 2011

ALOAG SANTO DOMINGO ABIERTA AL TRAFICO



Caras de hambre, cansancio, sueño y aburrimiento se veían entre la multitud que se había quedado estancada en el kilómetro 34 de la vía Alóag–Santo Domingo, después de un derrumbe que se produjo el sábado a las 14:00.

Algunos optaron por limpiar sus vehículos, otros escuchaban música y unos pocos intentaban dormir dentro de sus carros. Los niños –los más aburridos– jugaban entre los autos y hacían desesperadas preguntas a sus padres, para saber si ellos podían ayudar a resolver aquella incómoda situación.

Las labores
Según Bolívar Parra, ingeniero fiscalizador del Consejo Provincial de Pichincha, después de enterarse del deslizamiento, se trasladaron máquinas y profesionales para poder despejar la vía, ya que los cuatro carriles quedaron sepultados bajo la enorme capa de tierra.

Sin embargo, debieron parar las labores a las 19:00 debido a las malas condiciones climáticas. “Había neblina y una llovizna persistente, por lo que no se pudo continuar”, explicó el funcionario.

Las labores se retomaron a las 05:00 de ayer. No obstante, los conductores que habían quedado retenidos por el derrumbe debieron pasar la noche dentro de sus vehículos, esperando que se diera paso nuevamente.

Y para que no se siguieran estancando más automotores se realizó un trabajo en coordinación con los peajes cercanos. Allí se dio la orden de evitar el paso hasta la reapertura de la carretera.

Experiencia no grata
“Estamos aquí botados, sin comida, con frío y con hambre”, dijo Andrés Cobeña, oriundo de Manta, quien viajaba de regreso a su tierra. Para él, estos dos días fueron un martirio total, sobre todo por las malas condiciones en las que le tocó pasar la noche.

Con él viajaban Juan Carlos Mendieta, su esposa y su hijo de 5 años, quienes aseguraron que a pesar de los “arduos trabajos” para limpiar la vía, es “tedioso” tener que esperar tanto tiempo en una carretera.

Carlos Celi, chofer de un camión, quien recorría la vía con rumbo a Guayaquil, señaló que tenía esperanza de que la situación terminara rápido. Para él, lo peor de todo era la falta de información y de control policial.

“No nos dicen nada, los datos llegan tarde y no sabemos bien qué pasa”, exclamó, y añadió que “aunque no es un sitio peligroso deberían patrullar la zona en la noche por si sucede una emergencia o un inconveniente”.

Una larga esperaSANTO DOMINGO.
Los camiones y tráileres que se dirigían a Quito tuvieron que esperar a lo largo de la vía Santo Domingo-Alóag, antes de llegar al peaje ubicado en la provincia tsáchila.

Eso porque el paso estaba interrumpido en el kilómetro 35 y porque la Policía restringió el uso de la vía Santo Domingo-Las Mercedes a los vehículos pesados y altos.

Únicamente los buses de la cooperativa Alluriquín y unos cuantos vehículos oficiales de socorro y de los habitantes de esa parroquia podían circular por la carretera.

Los camiones cargados de verde, tanqueros y los tráileres, algunos con mercadería que pretendía llegar a la Sierra, esperaban impacientes la apertura de la vía.

Mientras, que los buses interprovinciales tomaron la ruta alternativa La Independencia-Calacalí para dirigirse a Quito.

Los usuarios que debían retornar a la capital compraron su boleto en las ventanillas de la Terminal Terrestre, a cinco dólares, pues el viaje para llegar hasta Quito, por esa ruta, es de cinco horas.

Luis Arellano, supervisor de turno de la Terminal Terrestre, indicó que los buses salieron cada 10 minutos, hasta las 12:00 y cada 15 minutos pasado el mediodía.

Galo Medina, usuario de esta ruta, estaba molesto por el valor del pasaje. De igual manera, Efraín Salazar, pasajero, tuvo que comprar el tique porque debía llegar a Quito ayer.

Arellano indicó que ese es el valor establecido por la ruta de los Bancos debido a que la distancia es mayor, además los buses deben cruzar Quito pues tienen que ingresar a la Terminal de Quitumbe.


Entre 6.000 y 7.000 metros cúbicos de tierra cayeron en el derrumbe.

Recursos movilizadosMateriales y humanos>>3 palas
>>2 retroexcavadoras
>>10 volquetas
>>30 personas entre operadores, choferes y técnicos

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